Todos las personas piensan que el punto medio entre el bien y el mal está justo donde ellos lo ponen. Esto es aplicable para todos los puntos que poner, incluso los finales. Quizá por eso no me cueste cerrar este discurso que se me queda ya anticuado, extraño, como escrito por quien ya, ni siquiera fui, seguro, quien no soy. Hacer dictados a lo pensado, a los sueños, esta pasado. Así es. En la época de los Justin, de los Brad y algún Duque de por aquí, ya nadie se acuesta con Cyrano. Fue sin embargo placer, la mayoría de las veces. Otras no tanto. Escribir es escribir, tan sólo y tanto. Fue en otras ego puro, aún algo guardo, agradecimiento, mentiras honradas, dudas en base a la duda, decir por decir, seriedades, mal intento de cuentos, catas, alguna mirada perdida echada a perder, balas sin salida, caricias dirigidas y algunas, incluso, de verdad. Siempre demasiado yo mismo, fuera quien fuese. Quizá error, ora que pienso que a un escritor no debe vérsele la cara. Un trabajo ...
No negaré que me seduce la idea de tirar la toalla, de suicidarme las vocales y fusilar una por una las consonantes. De admitir que me hicieron corte de mangas las palabras, de negar esas frases letales que dirigía hacia algún corazón, de cambiarme los puntos cardinales, de ser uno más, de perderme entre la muchedumbre para que nadie jamás me pueda encontrar, de irme a la mierda, de concederme la licencia de no escribir jamás, de vestirme el alma, de ponerme manoplas en las yemas, de dejar de soñar…
Es cierto todo esto, ni lo quiero, ni lo puedo negar, y sin embargo aquí tengo más de cien textos, un cajón repleto, los mil y un secretos de quien no sabe donde va, un cuento por hada, un lunes como viernes, un cuadernito negro donde van a parar secretos que luego me cuesta rescatar, una novela eterna por terminar, las formas hipotecadas a las cartas que ya no se escriben, y los mandamientos en un desván …
Reconozco ser mayor para saber que no llego a las alturas de los tangos, sin embargo, aun me cuesta no ser tan joven como para reconocer que los inmorales nos han igualado, que resulta lo mismo ser chorro, profesor, asesino de ballenas, cantautor, coleccionista de poemas, busca-pegas, lunático, salido de la pena, cuentista en Hammelin, renacentista, borracho, cuentista o historiador de aquella historia que jamás se contó…
Les sonará todo esto a la canción triste de gil sin chip, pero quizá esto soy yo, solo un Quijote, uno de la minoría de idiotas que aún creen que importa dejar el cuadro de Ana a medias, que lo que vale no es lo que mas cuesta, que no hace falta concurso alguno para tener o no tener voz, que lo que ve uno, puede ser más maravilla que lo visto por un millón…
Quizás a todos ustedes, con mucha razón, se la pele todo lo que cuento, quizá no lleguemos a un acuerdo, quizás me piensen con teclado y de pataleta contra el mundo, contra los master del universo, contra el ritmo cuando me hace pensar que palabra viene bien detrás de detrás, con el viejo, con la puta luna y la madre que la pario….
Quizás piensen que con cien textos a la espalada, me fui de madre, cambie de pintura y de universidad, me até el tornillo que me faltaba y entonces me volví uno más.
Quizá se equivoquen.
Quizá aún mi alma sea algo mayor que cuatro letras.
Creemos y sabemos lo que eres, ahora solo falta que te lo creas tu....como persona encantadora, como amigo espectacular...... ERES UN SER IRREPETIBLE.........TE lo digo yo que lo Sé de buena tinta...
ResponderEliminarp.d. campanilla
Para que decir nada si Campanilla lo ha dicho bien clarito y con toda la razón del mundo!!!
ResponderEliminarQue ganas tenia de volver a leerte...
ResponderEliminarSACA TIEMPO D DONDE SEA Y SIGUE ESCRIBIENDONOS...DELEITANDONOS COMO SABES, HACIENDONOS VOLAR, SENTIR, VIVIR....
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