Todos las personas piensan que el punto medio entre el bien y el mal está justo donde ellos lo ponen. Esto es aplicable para todos los puntos que poner, incluso los finales. Quizá por eso no me cueste cerrar este discurso que se me queda ya anticuado, extraño, como escrito por quien ya, ni siquiera fui, seguro, quien no soy. Hacer dictados a lo pensado, a los sueños, esta pasado. Así es. En la época de los Justin, de los Brad y algún Duque de por aquí, ya nadie se acuesta con Cyrano. Fue sin embargo placer, la mayoría de las veces. Otras no tanto. Escribir es escribir, tan sólo y tanto. Fue en otras ego puro, aún algo guardo, agradecimiento, mentiras honradas, dudas en base a la duda, decir por decir, seriedades, mal intento de cuentos, catas, alguna mirada perdida echada a perder, balas sin salida, caricias dirigidas y algunas, incluso, de verdad. Siempre demasiado yo mismo, fuera quien fuese. Quizá error, ora que pienso que a un escritor no debe vérsele la cara. Un trabajo ...
Ojalá que caiga ya la noche,
quiero cerrar los ojos y pensar
como se deja escapar un corazón,
quiero estar en negro y abrazar
las ideas que me quedan
de la belleza que se da…
Ojalá que caiga ya la noche,
para así, poder intentar
llamar a todas las puertas
donde los recuerdos no pueden entrar.
Ojalá que caiga ya la noche,
y así poderte olvidar.
Quiero no ser nada,
quiero que se puedan arrancar
los lunares de los disfraces
y tu rostro desenmascarar
Ojala que caiga ya la noche,
para volver a empezar
una nueva partida
donde los recuerdos no puedan entrar.
¡ Que caiga ya la noche !
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