Todos las personas piensan que el punto medio entre el bien y el mal está justo donde ellos lo ponen. Esto es aplicable para todos los puntos que poner, incluso los finales. Quizá por eso no me cueste cerrar este discurso que se me queda ya anticuado, extraño, como escrito por quien ya, ni siquiera fui, seguro, quien no soy. Hacer dictados a lo pensado, a los sueños, esta pasado. Así es. En la época de los Justin, de los Brad y algún Duque de por aquí, ya nadie se acuesta con Cyrano. Fue sin embargo placer, la mayoría de las veces. Otras no tanto. Escribir es escribir, tan sólo y tanto. Fue en otras ego puro, aún algo guardo, agradecimiento, mentiras honradas, dudas en base a la duda, decir por decir, seriedades, mal intento de cuentos, catas, alguna mirada perdida echada a perder, balas sin salida, caricias dirigidas y algunas, incluso, de verdad. Siempre demasiado yo mismo, fuera quien fuese. Quizá error, ora que pienso que a un escritor no debe vérsele la cara. Un trabajo ...
Y llego el final…
Hoy rompe nuestro día.
Hoy el sol nos da la cara.
Atrás queda el tiempo
y cientos de mañanas
en que perdíamos sueños
de entre las sabanas.
Atrás queda el primer amigo
que nos dio su alma,
el primer cigarrillo tras sonar la alarma.
Atrás dejamos el abrigo,
dejamos esta manta
de alevosías y lujos
qué de fuera nos guarda
sin pedir permiso
Y llego el final…
Y toca, buscar morada
dónde hospedar
nuestra esperanza.
Hoy llegamos a la orilla
y tenemos el alta,
un afable velero,
afiladas las garras
y ante todo la palabra.
Tenemos un sueño
y siempre alta la mirada
Hoy no es el final,
hoy es una voz que canta,
hoy no es la meta
de llegada,
hoy es una bandera
en alza
que nos da a salida,
un pistoletazo…
Hoy es nuestro alba
Hoy es el momento
de tirar la ropa usada,
volar lento
con alas robadas,
llenar de vinos
a cascadas
las copas del tiempo.
Reír a carcajadas
y en el intento
saltar barricadas,
morir por dentro,
ser del viento alas
y fin del cuento.
En copas de plata
bebimos la cosecha,
salió la estancia barata,
pero hoy se acaba el vino.
Y sin un adiós,
dejamos el alba
y estrenamos sueño.
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