Ir al contenido principal

Traspasando el país de Alicia

Todos las personas piensan que el punto medio entre el bien y el mal está justo donde ellos lo ponen. Esto es aplicable para todos los puntos que poner, incluso los finales. Quizá por eso no me cueste cerrar este discurso que se me queda ya anticuado, extraño, como escrito por quien ya, ni siquiera fui, seguro, quien no soy. Hacer dictados a lo pensado, a los sueños, esta pasado. Así es. En la época de los Justin, de los Brad y algún Duque de por aquí, ya nadie se acuesta con Cyrano. Fue sin embargo placer, la mayoría de las veces. Otras no tanto. Escribir es escribir, tan sólo y tanto. Fue en otras ego puro, aún algo guardo, agradecimiento, mentiras honradas, dudas en base a la duda, decir por decir, seriedades, mal intento de cuentos, catas, alguna mirada perdida echada a perder, balas sin salida, caricias dirigidas y algunas, incluso, de verdad. Siempre demasiado yo mismo, fuera quien fuese. Quizá error, ora que pienso que a un escritor no debe vérsele la cara. Un trabajo ...

Volverte

He vivido mucho, no tanto como para perderme pero si lo suficiente como para a veces, estar perdido.

Mi corazón es ya un ministerio, el baúl donde se guardan los objetos perdidos, un olvido, un linaje de todos y cada uno de los cuentos que se han ganado, que se han perdido.

Entiendo muy a mi pese, que cueste cada vez más leerme, ora
que escribo del atino y el desatino juntos dentro de una cuadricula. Ni quiero, ni me pierdo el destino, venga de donde venga, sea como sea, aun cuando cueste mantenerse.

Ser yo, solamente eso pidiera, ser yo aunque tú, ni él, ni los otros me quieran, solo ser, cederte el asiento a cambio del silencio, respirar y beber sin calma la copa de vino.

Vendí que moriría por tus labios solo cuando fue cierto, pero esta noche, que cobro al costo las palabras, solo me sale contarte que ni miento tanto cuando vero, ni digo la mayor de las verdades cuando embusto. Si te di palabras, fue por que las ganaste, no va más.

Resumiendo, un contraste, un lujo, una ruina, un ni si, ni no, ni todo lo contrario.

Doy palabra.

En esas fui aprendiendo que el amor es un estado de tiempo, que dura lo que dura eternamente, y que luego se acaba. Y que contigo no son nunca verdad las frases perfectas y todo lo que uno ya cree saber, lo desconoce por segunda vez.

Me cambias el mundo, y los colores, y los sueños, y los versos del rosario que nunca me aprendí, y las formas, y los verbos, y la melancolía de las canciones, y las ganas, y los techos y las letras, y los dedos de las manos con los que toco tus pasiones, y la lengua, y los labios, y los dientes con los que aprieto el mundo, y los lunes con tu olor en la ropa, y el martes perdido, y la misa, y el pecado, y el orden de las letras del abecedario que mal uso para tocarte los huesos con un te quiero encontrado.

Y así, me hueles a fosforo recién encendido, a sudor de cama, a ojos de oliva y yaga, a un trocito del alma que a en el alma, a caricia, a contractura de espalda, carcajada, voz… y por encima de todo palabra.

Se hacen entonces vivos los pasos cansados, y sin pretenderlo, vuelvo a morirme por uno solo de tus besos, por tu idioma enredando, por tus senos duros, por el vendaval de renglones que me llevan de piel a nombre.

Vuelves tú, y el mundo se vuelve del revés.

Sentado solo con los pensamientos y esta hoja de papel le voy dando el primero de los estoques a esta etapa, a esta Zalema, a este conjunto de penas, glorias y escaparates que se han ganado a pulso descansar.

Es hora de cobrar las palabras. Es hora de volver a empezarte.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Si no estas

Te enciendo con el fuego de la llama que sale del amor que arrastro. Te absorbo con lentas bocanadas del aire sobrante que guardo. Te consumo poco a poco y lentamente te envaso en una idea que más tarde repaso en calma. Te amo sin censura desde la triste distancia que prohibe el tacto pero no la presencia del vaso en que te guardo cuando no estas.

Ruptura

Es tan cierto que uno cae, como lo es que por naturaleza no quiere seguir en el suelo. Lo sé, porque como tú, yo también he caído. Sé del complot de las emisoras cuando ponen precisamente al encender la radio aquella canción que tú nunca pondrías, sé que ahora las noticias hablan de tasas y medias del divorcio en España, sé que los labios contrajeron una hipoteca con el dolor que hoy no pueden pagar, sé que la risa se esfumó, y la carcajada es una utopía, sé que detrás de la primera lagrima vendrá el vendaval cada uno de los días que la memoria se ponga conmigo a jugar, sé que me tiemblan las manos, que se me quiebra la voz cuando intento gritar, sé que el alma ha menguado para instalarse de nudo en la garganta, sé que me tengo que reinventar, sé que no debiera preguntarme más por lo que fue, por lo que pudo haber sido, sé que cuando miro al vacío realmente miro en mi interior, sé que aunque agarro la mano del amigo que me ayuda a ponerme en pie de nuevo estoy loco por dejarme caer, ...

Me sigue faltando usted

Rozo la muerte cuando escribo, pensando en ti… en cada palabra me va la vida si van vestidas para tus oídos, quiera o no quiera, lo sé… Me sigue faltando usted. Me sale del alma, la tinta, quiera o no me quiera creer, el amor que proceso no es de ser, ni de humano, ni siquiera real… más de lo que la quiero, no se puede querer, quizá sí, no lo sé, le recuerdo que… Me sigue faltando usted. Y no pondré en letras, su boca, ni su estancia a mi vera, a mi lado, ni mandaré a la mierda a la primavera, que se va, que una y otra vez me recuerda que… Me sigue faltando usted. Felicidades.