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Traspasando el país de Alicia

Todos las personas piensan que el punto medio entre el bien y el mal está justo donde ellos lo ponen. Esto es aplicable para todos los puntos que poner, incluso los finales. Quizá por eso no me cueste cerrar este discurso que se me queda ya anticuado, extraño, como escrito por quien ya, ni siquiera fui, seguro, quien no soy. Hacer dictados a lo pensado, a los sueños, esta pasado. Así es. En la época de los Justin, de los Brad y algún Duque de por aquí, ya nadie se acuesta con Cyrano. Fue sin embargo placer, la mayoría de las veces. Otras no tanto. Escribir es escribir, tan sólo y tanto. Fue en otras ego puro, aún algo guardo, agradecimiento, mentiras honradas, dudas en base a la duda, decir por decir, seriedades, mal intento de cuentos, catas, alguna mirada perdida echada a perder, balas sin salida, caricias dirigidas y algunas, incluso, de verdad. Siempre demasiado yo mismo, fuera quien fuese. Quizá error, ora que pienso que a un escritor no debe vérsele la cara. Un trabajo

Campanilla

La conocí aquel verano en que las cosas empezaban a cambiar de tono. Llegábamos todos llenos de pasos, y lo andado acabó por juntarnos por primera vez en el parking de una gasolinera. Por fortuna, no sería la última vez.
Me habló de ella un hermano de esos en los que no intervienen las cuestiones de sangre. Al parecer compartieron años atrás chuches y patio. Nosotros nos dirigíamos a Málaga, ese lugar perfecto, para cargar la alforja con sueños.  Ella esperaba en su vida con impaciencia el sonido de la sirena que avisa que ha empezado el recreo.
Mientras humeaba el café y se derretían los hielos en el monopolio del refresco, se repartieron las cartas boca abajo. Fumábamos rubio, ella pudo haberse llamado Esther, nosotros hacía tiempo que ya habíamos perdido hasta el nombre. Me salieron de primeras pareja de damas, curioso el destino, las cartas no eran buenas y estaban desgastadas. Ella, sin tenerlo, parecía tener un as escondido en la manga. Independientemente de donde caiga el acento, es posible que también hubiera sido bautizada como Raquel. En la mesa, visibles, colindaban dos nueves destinados a poker y dos corazones con posibilidad de color.
Yo subí a diez, parecía una apuesta lógica, ¿quién se queda con un nombre de esa sonrisa imposible?
Tardaron después meses en ponerse sobre la mesa las cartas que no llevábamos. Nos quedamos sin papel, y con demasiadas cosas por escribir, a tantas suertes por noche saben mejor las cañas del viernes en La Renta. Se unió a la fiesta de vivir, sin pegas, sin plagios, sin lágrimas, sin dejar que a su presente le pudieran sus naufragios.
La navidad estaba cerca, y ella, con cartas o sin cartas, ya llevaba de jugada la flor imperial. Codo a codo nos hicimos paso, a nuestra disposición un brazo por cada resbalón, una caricia por cada lágrima, una abrazo siempre disponible para cuando al destino le da por ponerse el traje de cabrón.
Y  siempre esa sonrisa...
A mi lado y de gala estuvo cuando nos cenamos el pasado y en infusión de hierbas nos cargamos las plegarias que nunca debimos tener.
Y  siempre esa sonrisa...
No hace mucho, y sin embargo, ya no recuerdo, ni como, ni cuando, un lujo se convirtió en una amiga.
Puestos ya a decir verdades, retomo en esta historia su nombre, a estas alturas en las que ya no voy de faroles con las letras me será más fácil. Lo reconozco, no me es posible referirme a esta persona basándome en el documento que llaman de identidades.
Les explico, pudo haberse llamado de cualquier manera, pero háganme caso, voy con todo, el river sobre la mesa y sin atisbos de riesgos a equivocar el All in para decir que su nombre, es Campanilla.
Y  siempre esa sonrisa...
Y que tiemble Peter Pan.

Comentarios

  1. aysss...y ahora que digo yo?? me qede sin palabras...con lagrimas en los ojos....y con una sensacion estupenda..........gracias por ser mi amigo, es un honorr!!!!!

    p.d. campanilla

    ResponderEliminar
  2. ESTOY CON CAMPANILLA. MUY PERO QUE MUY BONITO.
    UN SALUDO

    ResponderEliminar
  3. VUELVO ATRAS AÑORANDO VIEJOS TIEMPOS....VUELVO ATRAS PARA VER Q ES REAL, QUE LO Q YO HE CONOCIDO NO SE HA IDO NI SE IRÁ....FUERON BUENOS SENTIMIENTOS LOS QUE DESPERTASTE EN MI Y AHORA PIENSO EN UNA COSA NO TE ALEJES NUNCA DE MI....

    TE QUIEROO Y TE APOYO EN TODO....XQ PARA MI HAS SIDO MAS QUE UN AMIGO, UN HERMANO, UN COMPAÑERO DE BATALLAS...Y UNA ESTUPENDA PERSONA QUE HA MARCADO MI VIDA.....TE QUIERO NACHO!

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Traspasando el país de Alicia

Todos las personas piensan que el punto medio entre el bien y el mal está justo donde ellos lo ponen. Esto es aplicable para todos los puntos que poner, incluso los finales. Quizá por eso no me cueste cerrar este discurso que se me queda ya anticuado, extraño, como escrito por quien ya, ni siquiera fui, seguro, quien no soy. Hacer dictados a lo pensado, a los sueños, esta pasado. Así es. En la época de los Justin, de los Brad y algún Duque de por aquí, ya nadie se acuesta con Cyrano. Fue sin embargo placer, la mayoría de las veces. Otras no tanto. Escribir es escribir, tan sólo y tanto. Fue en otras ego puro, aún algo guardo, agradecimiento, mentiras honradas, dudas en base a la duda, decir por decir, seriedades, mal intento de cuentos, catas, alguna mirada perdida echada a perder, balas sin salida, caricias dirigidas y algunas, incluso, de verdad. Siempre demasiado yo mismo, fuera quien fuese. Quizá error, ora que pienso que a un escritor no debe vérsele la cara. Un trabajo

Silueta

Contar los pasados suele ser el primer tropiezo para conjugar los futuros. Ese porqué perdemos las guerras, queda en las heridas, pero no por mucho empeño que le tengas, nos entra en la cabeza. Remover los tiempos que dejaron el presente suele dar como hallazgo, un obstáculo espinado para los sueños. Digo yo, que perdí en la arena, por pararme a contar estrellas, parte del corazón. Dicen de los poetas y de los que escriben poemas, que nos va mejor el aire del revés. Que la musa en nuestros brazos queda pasada por agua, que el aullar se nos pone bonito cuando sangramos, que desobedecer consejos es nuestro arte, cuando una y otra vez se nos pregunta… ¿querido amigo, donde va usted? Por mi parte, diré… Cuando mi cuaderno de notas esta vacío, acudo al abismo de mis adentros, al negro que me hace atar palabra tras palabra, al nudo sin cuerpo, al yo del ello, y el ello del yo. Busco entonces letras para hacerlas escudo, armadura, una tan buena que consiga que al mirarme al espejo,

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Le valdría que la avala aquel amigo que solo aparece en las películas, el de las series con final feliz y los sueños donde el provenir es tan solo al aire una moneda. Aquel que evito al teclado, no fuera a ser que se me vieran demasiado los adentros en una página de Internet. Va por tanto de garantía sobrada. La escribo por buenas y malas razones, como cuando se escribe de verdad. De fundamento con mandamiento inclusive, va el que lo merece. Porque es buena bajo lo bajo que quisiera dejarse ver, porque después de tanto tiempo la pieza encaja y uno ve que el puzzle era de los imposibles, el sencillo. Les hablo que el título de este texto no me sale gratis, me costó, me cuesta, nos costará mantenerlo porque nos “semos” el hielo y el fuego, el disparate y el escaparate de los cuentos incumplidos, las ganas con las malas formas de sernos, las palabras contra los silencios, tan jóvenes como viejos, la mirada que nada dice con el arma cargada y viceversa y la viceversa de la v