Ir al contenido principal

Traspasando el país de Alicia

Todos las personas piensan que el punto medio entre el bien y el mal está justo donde ellos lo ponen. Esto es aplicable para todos los puntos que poner, incluso los finales. Quizá por eso no me cueste cerrar este discurso que se me queda ya anticuado, extraño, como escrito por quien ya, ni siquiera fui, seguro, quien no soy. Hacer dictados a lo pensado, a los sueños, esta pasado. Así es. En la época de los Justin, de los Brad y algún Duque de por aquí, ya nadie se acuesta con Cyrano. Fue sin embargo placer, la mayoría de las veces. Otras no tanto. Escribir es escribir, tan sólo y tanto. Fue en otras ego puro, aún algo guardo, agradecimiento, mentiras honradas, dudas en base a la duda, decir por decir, seriedades, mal intento de cuentos, catas, alguna mirada perdida echada a perder, balas sin salida, caricias dirigidas y algunas, incluso, de verdad. Siempre demasiado yo mismo, fuera quien fuese. Quizá error, ora que pienso que a un escritor no debe vérsele la cara. Un trabajo

Crítica para la crítica personal

Trasmito, tal cual, concediéndome tan solo la licencia de acentuar el “actúan” por eso de las apariencias, la crítica de un lector, al cual, principalmente, le agradezco la preocupación extrema hacia mí persona.
Queda expuesto el cartel de aviso, que dice, que no convertiré esto en costumbre. Explico que tan solo respondo al ataque personal. La crítica a mis textos posiblemente será compartida en la mayoría de los casos.   
Me dice así:
Es muy de preocupar,
aquellas personas que siendo inteligentes, manejan la palabra y por ende, la escritura, los sentimientos y las emociones.

Pero que no actúan, sienten, se comportan y ni tan si quiera, llevan a la practica... en la vida Real.
Dígole yo:
Estimado Lector;
Le aclaro, como punto primero, que no me atrae de su pinchazo la revancha. En todas mis vidas, nunca creí en la venganza. Quién me hizo daño lo sabe, tiene usted permiso y licencia concedida para preguntar. En cuestiones de duelo a espada, yo apuesto más por perdonar, aunque es cierto que eso suele conllevar destierro.
Como digo en la presentación de La Zalema que espero haya leído, siendo de su agrado, admito ser humano. Dicho esto, sin más disculpas que las debidas, decirle que siento si en sus líneas no pude, no supe o simplemente no quise, hacer versos. Ni yo siempre soy poeta, ni las musas son siempre musas. Entenderá usted que hay gente que solo entiende que te cagues en su puta madre o que la mandes a la mierda. Si usted puede, meta esto en un poema.
No obstante, tenga en cuenta, que si yo le dolí, es más que posible que usted, me doliera primero.
Aunque no le creo, le agradezco su reconocimiento sobre mi inteligencia, mi manejo con las letras, y mi sapiencia en emociones y sentimientos. Debo advertirle para su conocimiento, no obstante, que el preceder el alago al golpe es un táctica vieja, conocida, y porque no decirlo, elegante. Si que le agradezco de corazón, por tanto, sea dama o caballero, las formas. Espero que para todo en su vida real (sea con mayúsculas o no) mantenga firme esos modos.
No pretendo que mi opinión sea perfecta. Para señores coñazo que se creen a pies juntillas lo que dice la letra pequeña búsquese un blog de notarios o leyes. Aquí los ideales no están ceñidos por banderas, ni se tira a la izquierda porque si, ni a la derecha porque no.
Mi estimado lector, será un placer tenerle por aquí, incluso criticando cada palabra, cada verso, cada sueño que me atreva a poner en un papel para su disfrute o su disgusto. Pero olvídese de jugar a las adivinanzas con el autor.
Le aseguro hablando ya del abecedario, que con esto, ni gano dinero, ni me siento altivo. Para grandes públicos tiene usted Torrente o Gran Hermano. Yo simplemente escribo, para quien quiera, y le certifico, que lo hago lo mejor que puedo.
Sin entrar en mi vida personal, y terminando. Le afirmo que mis cosas, las sabe quién debe.  Es más, le atesto que me he ganado con sangre el derecho a sentir lo que me venga en gana. No sepa tanto de mí, la práctica siempre es según con quien.
Sin otro particular, y esperando que siga odiando o disfrutando este modesto lugar reciba mis mas afectuosos saludos.
Fdo.
El Autor de la Zalema

Comentarios

  1. a mi opinion no creo que se deba juzgar la obra por la vida del autor si fuese asi cuantos cuadros ,escritos y grandes novelistas no serian sus obras apedreadas por como vivieron.
    lo bueno de estar vivo es todo pero muchas veces no elejimos y aunque pudieramos tan solo seria otra variable de contracciones que se esparcen a su manera de formas que no imaginamos siempre que no conozcamos de cerca al autor.
    A si que yo me quedo con la educacion y el cariño de la respuesta.

    ResponderEliminar
  2. Yo estoy de acuerdo, juzgar la obra de una persona por lo que se crea conocer de ella es una tontería. Es como ir a ver un cuadro de Dalí y decir, muy bonito, pero él era un cabrón... Vamos, totalmente absurdo.
    Yo si conociera al autor de este sitio y tuviera alguna cosa con él, se lo diría, no creo que este sea el sitio...

    Y por cierto, enhorabuena, es un placer leerle.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La Constancia

La constancia es quererte como nadie pudiera imaginar que se pueda querer incluso cuando no te quiero, tenerte sin tenerte, saber del vértigo que a uno le da soñar despierto, y la conciencia de estar al tanto de que estar con vos, es estar a un beso de distancia del cielo. Es mirarte ahora como te mire la primera vez, endeudado en tus andares, no pudiéndote creer. Es besarte ahora mejor que cuando te besé, con tus labios precisos en mis labios tembleques. Es vibrar, de la piel al hueso, con el día a día, con las noches donde tenerte a un par de palmos a la derecha es de largo el mejor de mis lujos.   La constancia no es que me mate como me mata tu cuerpo, es crear hogar en tu pecho, y hacerte con mis brazos un lecho para que te guardes. Es salvarte y que me salves, y contar de a uno los secretos de tus ojos, mar verde, donde me pierdo, donde quiero vivir, donde parece decirme la suerte, quédate conmigo. Es en el sur y es en el norte, justo al este del oeste donde quisier

Silueta

Contar los pasados suele ser el primer tropiezo para conjugar los futuros. Ese porqué perdemos las guerras, queda en las heridas, pero no por mucho empeño que le tengas, nos entra en la cabeza. Remover los tiempos que dejaron el presente suele dar como hallazgo, un obstáculo espinado para los sueños. Digo yo, que perdí en la arena, por pararme a contar estrellas, parte del corazón. Dicen de los poetas y de los que escriben poemas, que nos va mejor el aire del revés. Que la musa en nuestros brazos queda pasada por agua, que el aullar se nos pone bonito cuando sangramos, que desobedecer consejos es nuestro arte, cuando una y otra vez se nos pregunta… ¿querido amigo, donde va usted? Por mi parte, diré… Cuando mi cuaderno de notas esta vacío, acudo al abismo de mis adentros, al negro que me hace atar palabra tras palabra, al nudo sin cuerpo, al yo del ello, y el ello del yo. Busco entonces letras para hacerlas escudo, armadura, una tan buena que consiga que al mirarme al espejo,

Insert Coin

Será en sábado de febrero, en Boadilla del Monte, en el escenario del Rock and Play donde pondrán al desnudo sus talentos un grupo de cinco.  Aviso que soy partidista, como lo soy de todo aquello que merece la pena. Y esto lo merece. Doy fe.  Manejo información privilegiada. Aprendí en sus tanteos que la música sin ser oficio, también es trabajo, que se puede hacer arte en el combinado de amigos y guitarra, y batería, y bajo, y voz, y que hay lujo aún sin discográficas, aunque sean de sonrisas, de guiños, de un abrazo cuando un abrazo hace falta, de música sin conservantes, de tocar por sentir. No me dieron las genéticas los juicios del oído necesarios me podrán decir. De ritmos, solo entiendo los de las palabras, para creerlo solo hace falta oírme cantar. Sin embargo, me dio la suficiente sapiencia el corazón, el instinto y alguna que otra noche de ensayo para saber que estos, la tocan de puta madre.  Percusionado mi hermano, pone en las baquetas (se alegrará de