Ir al contenido principal

Traspasando el país de Alicia

Todos las personas piensan que el punto medio entre el bien y el mal está justo donde ellos lo ponen. Esto es aplicable para todos los puntos que poner, incluso los finales. Quizá por eso no me cueste cerrar este discurso que se me queda ya anticuado, extraño, como escrito por quien ya, ni siquiera fui, seguro, quien no soy. Hacer dictados a lo pensado, a los sueños, esta pasado. Así es. En la época de los Justin, de los Brad y algún Duque de por aquí, ya nadie se acuesta con Cyrano. Fue sin embargo placer, la mayoría de las veces. Otras no tanto. Escribir es escribir, tan sólo y tanto. Fue en otras ego puro, aún algo guardo, agradecimiento, mentiras honradas, dudas en base a la duda, decir por decir, seriedades, mal intento de cuentos, catas, alguna mirada perdida echada a perder, balas sin salida, caricias dirigidas y algunas, incluso, de verdad. Siempre demasiado yo mismo, fuera quien fuese. Quizá error, ora que pienso que a un escritor no debe vérsele la cara. Un trabajo

El cuento del Alma - Capítulo 2

He perdido el alma y olvidado lugares…
De todos los sitios que aún me quedan, no se me ocurre donde empezar a buscarla. Traicioné a quien más me quiso, cuando no había ningún motivo especial para quererme. Defraudé a mis raíces hasta hastiarlas, las mismas, que de niño fueron mi viento y el recodo seguro donde volver si se avistaban precipicios al final del camino. Me llené de quien a la oreja me daba como vencedor, de todos aquellos que en lugar de gastar conmigo las palabras, me las alquilaban. Me atiborré de halagos, y hasta me creí de una tal Sara, que de todos sus sueños, yo era el mejor. Henchido mi orgullo, y saturado hasta el culo de lo que quienes no han tenido, llaman vanidad, escupí en lo más profundo de mi hogar.
He perdido el alma y me he quedado sin andares…
Sin camino, el papel se me hace eterno, no tengo pasos, ni un lugar para ir o volver. Caminar, hoy, es un verbo para el que no tengo primera persona del singular, del nos, ni puedo hablar sin que me tiemble la garganta, del pliego donde escribí mi leyenda solo queda un rollo en el WC.
He perdido el alma y…
De pronto, levanto la mirada de este papel que escribo, sin remedio se me va al mueble bar y esquivando una botella de Talisker de veinte años, me encuentro con una fotografía. No es tan vieja, aunque lo parece. Es Mónica, pero su sonrisa ahora es hierática. Aunque no lo recuerdo, yo pudiera jurar por Dios que en su día supe del sentimiento del que habla su boca. Pero, no puedo, no quiero, no tengo el valor suficiente como para aguantar esos castaños ojos, ni siquiera en lámina.
Es entonces cuando lo sé, delante de mí, donde siempre estuvo es donde se encuentra mi extravío. Es quien sacó la foto, yo mismo, en una casa modesta, en un tiempo donde el rojo de las cuentas se teñía de verde con tan solo una mirada, es allí donde está instalada.
Es entonces cuando me devora por dentro hasta el último átomo de la conciencia, la idea, de que no perdí el alma, sino que la derroché por nada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Constancia

La constancia es quererte como nadie pudiera imaginar que se pueda querer incluso cuando no te quiero, tenerte sin tenerte, saber del vértigo que a uno le da soñar despierto, y la conciencia de estar al tanto de que estar con vos, es estar a un beso de distancia del cielo. Es mirarte ahora como te mire la primera vez, endeudado en tus andares, no pudiéndote creer. Es besarte ahora mejor que cuando te besé, con tus labios precisos en mis labios tembleques. Es vibrar, de la piel al hueso, con el día a día, con las noches donde tenerte a un par de palmos a la derecha es de largo el mejor de mis lujos.   La constancia no es que me mate como me mata tu cuerpo, es crear hogar en tu pecho, y hacerte con mis brazos un lecho para que te guardes. Es salvarte y que me salves, y contar de a uno los secretos de tus ojos, mar verde, donde me pierdo, donde quiero vivir, donde parece decirme la suerte, quédate conmigo. Es en el sur y es en el norte, justo al este del oeste donde quisier

Silueta

Contar los pasados suele ser el primer tropiezo para conjugar los futuros. Ese porqué perdemos las guerras, queda en las heridas, pero no por mucho empeño que le tengas, nos entra en la cabeza. Remover los tiempos que dejaron el presente suele dar como hallazgo, un obstáculo espinado para los sueños. Digo yo, que perdí en la arena, por pararme a contar estrellas, parte del corazón. Dicen de los poetas y de los que escriben poemas, que nos va mejor el aire del revés. Que la musa en nuestros brazos queda pasada por agua, que el aullar se nos pone bonito cuando sangramos, que desobedecer consejos es nuestro arte, cuando una y otra vez se nos pregunta… ¿querido amigo, donde va usted? Por mi parte, diré… Cuando mi cuaderno de notas esta vacío, acudo al abismo de mis adentros, al negro que me hace atar palabra tras palabra, al nudo sin cuerpo, al yo del ello, y el ello del yo. Busco entonces letras para hacerlas escudo, armadura, una tan buena que consiga que al mirarme al espejo,

Insert Coin

Será en sábado de febrero, en Boadilla del Monte, en el escenario del Rock and Play donde pondrán al desnudo sus talentos un grupo de cinco.  Aviso que soy partidista, como lo soy de todo aquello que merece la pena. Y esto lo merece. Doy fe.  Manejo información privilegiada. Aprendí en sus tanteos que la música sin ser oficio, también es trabajo, que se puede hacer arte en el combinado de amigos y guitarra, y batería, y bajo, y voz, y que hay lujo aún sin discográficas, aunque sean de sonrisas, de guiños, de un abrazo cuando un abrazo hace falta, de música sin conservantes, de tocar por sentir. No me dieron las genéticas los juicios del oído necesarios me podrán decir. De ritmos, solo entiendo los de las palabras, para creerlo solo hace falta oírme cantar. Sin embargo, me dio la suficiente sapiencia el corazón, el instinto y alguna que otra noche de ensayo para saber que estos, la tocan de puta madre.  Percusionado mi hermano, pone en las baquetas (se alegrará de