Ir al contenido principal

Traspasando el país de Alicia

Todos las personas piensan que el punto medio entre el bien y el mal está justo donde ellos lo ponen. Esto es aplicable para todos los puntos que poner, incluso los finales. Quizá por eso no me cueste cerrar este discurso que se me queda ya anticuado, extraño, como escrito por quien ya, ni siquiera fui, seguro, quien no soy. Hacer dictados a lo pensado, a los sueños, esta pasado. Así es. En la época de los Justin, de los Brad y algún Duque de por aquí, ya nadie se acuesta con Cyrano. Fue sin embargo placer, la mayoría de las veces. Otras no tanto. Escribir es escribir, tan sólo y tanto. Fue en otras ego puro, aún algo guardo, agradecimiento, mentiras honradas, dudas en base a la duda, decir por decir, seriedades, mal intento de cuentos, catas, alguna mirada perdida echada a perder, balas sin salida, caricias dirigidas y algunas, incluso, de verdad. Siempre demasiado yo mismo, fuera quien fuese. Quizá error, ora que pienso que a un escritor no debe vérsele la cara. Un trabajo

El Dilema de Sofía - Capítulo IV - Argómaniz

Al doblar la rodilla, Luna sintió una rigidez exasperante. Hace solo unos días que el traumatólogo le había diagnosticado bursitis. Aquellas extensas rutas que hacía a menudo con David, le habían derivado a aquella lesión. Quien se mueve, tiene más riesgo de herida, que quien asienta el culo a diario en el sofá, pensó ella. La falda de color arena le tapaba con gracia de la espinilla a la cadera. De un discreto vistazo, observó que se le había enrojecido la articulación, pero de momento solo eran molestias.
Aquella contrariedad no vino sola, afortunadamente. A su cabeza le trajo un recuerdo, un buen sabor de boca y una sonrisa. El fin de semana anterior vino a su mente. A pesar de que se iniciaran los trabajos del restaurante el lunes, ella había decidido realizar el viaje a Bilbao el viernes. Podría adelantar trabajo sobre el estudio de mercado que debía hacer, y le interesaba especialmente ver cómo funcionaba aquella zona en fin de semana.  
Pero los planes son tan solo eso, planes, y Luna ya sabía lo suficiente de la vida como para entender que un línea en un mapa, solo es una línea. Así que cuando David se presentó allí ese mismo sábado con una sorpresa de no aniversario, no dudó un solo segundo en aparcar el trabajo y aceptar.
Había reservado esa noche en el parador de Argómaniz, a poco más de sesenta kilómetros de donde ella estaba, pero ella no lo supo hasta llegar. La llamó al móvil para ver donde estaba, la pidió que bajara a la puerta del hotel que le pagaba su empresa con una pequeña maleta con lo básico para una noche y medio día. Allí estaba él, sonriente y sin que el exceso de kilometraje le hiciera huella en la ilusión.
Al llegar, se sorprendió. El palacio renacentista hacía de rey para la habitual belleza de la llanura alavesa. Habían visto la sierra de Gorbea, y el pantano de Ulibarri. Una vez dentro, se quedó absorta en la historia de los muros de aquel lugar, y no le extrañó en absoluto, que Napoleón repusiera fuerzas allí antes de su asalto a la ciudad de Vitoria. La madera era el principal aval del mobiliario y de aquel restaurante al que los años habían dotado de magia.
Cenaron allí mismo. Al recuerdo le vinieron los platos uno tras otro. Empezaron con unos perretxikos, aquella seta de primavera era deliciosa. Se siguió con un Bacalao al Club ranero perfecto, para terminar con goxua de postre. Regaron la velada con una botella de un buen blanco de Luis Cañas del 2008. Con aquel sabor a fruta madura aún en sus bocas soñaron futuros de la mano paseando por el entrañable pueblo de Argómaniz. 
Supo entonces que aquel lugar, quedaría grabado en su corazón, y que aquel hombre, ya había grabado a cincel su nombre en su alma.
Rompió todos esos pensamientos el sonido de un mensaje. Curioso el destino. Aquel mensaje de texto era siemple, sencillo, escueto. Tan solo, un te quiero. Ella, tras desanudar el nudo en la garganta respondió a la vez que un escalofrío que no llego a entender le recorrió el cuerpo de pies a cabeza. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Constancia

La constancia es quererte como nadie pudiera imaginar que se pueda querer incluso cuando no te quiero, tenerte sin tenerte, saber del vértigo que a uno le da soñar despierto, y la conciencia de estar al tanto de que estar con vos, es estar a un beso de distancia del cielo. Es mirarte ahora como te mire la primera vez, endeudado en tus andares, no pudiéndote creer. Es besarte ahora mejor que cuando te besé, con tus labios precisos en mis labios tembleques. Es vibrar, de la piel al hueso, con el día a día, con las noches donde tenerte a un par de palmos a la derecha es de largo el mejor de mis lujos.   La constancia no es que me mate como me mata tu cuerpo, es crear hogar en tu pecho, y hacerte con mis brazos un lecho para que te guardes. Es salvarte y que me salves, y contar de a uno los secretos de tus ojos, mar verde, donde me pierdo, donde quiero vivir, donde parece decirme la suerte, quédate conmigo. Es en el sur y es en el norte, justo al este del oeste donde quisier

Silueta

Contar los pasados suele ser el primer tropiezo para conjugar los futuros. Ese porqué perdemos las guerras, queda en las heridas, pero no por mucho empeño que le tengas, nos entra en la cabeza. Remover los tiempos que dejaron el presente suele dar como hallazgo, un obstáculo espinado para los sueños. Digo yo, que perdí en la arena, por pararme a contar estrellas, parte del corazón. Dicen de los poetas y de los que escriben poemas, que nos va mejor el aire del revés. Que la musa en nuestros brazos queda pasada por agua, que el aullar se nos pone bonito cuando sangramos, que desobedecer consejos es nuestro arte, cuando una y otra vez se nos pregunta… ¿querido amigo, donde va usted? Por mi parte, diré… Cuando mi cuaderno de notas esta vacío, acudo al abismo de mis adentros, al negro que me hace atar palabra tras palabra, al nudo sin cuerpo, al yo del ello, y el ello del yo. Busco entonces letras para hacerlas escudo, armadura, una tan buena que consiga que al mirarme al espejo,

Insert Coin

Será en sábado de febrero, en Boadilla del Monte, en el escenario del Rock and Play donde pondrán al desnudo sus talentos un grupo de cinco.  Aviso que soy partidista, como lo soy de todo aquello que merece la pena. Y esto lo merece. Doy fe.  Manejo información privilegiada. Aprendí en sus tanteos que la música sin ser oficio, también es trabajo, que se puede hacer arte en el combinado de amigos y guitarra, y batería, y bajo, y voz, y que hay lujo aún sin discográficas, aunque sean de sonrisas, de guiños, de un abrazo cuando un abrazo hace falta, de música sin conservantes, de tocar por sentir. No me dieron las genéticas los juicios del oído necesarios me podrán decir. De ritmos, solo entiendo los de las palabras, para creerlo solo hace falta oírme cantar. Sin embargo, me dio la suficiente sapiencia el corazón, el instinto y alguna que otra noche de ensayo para saber que estos, la tocan de puta madre.  Percusionado mi hermano, pone en las baquetas (se alegrará de